Un trozo isleño que ya pertenece a Córdoba

[F. J. Cantador]

A Añora le ha crecido un pedazo de término municipal en la isla de Santa Cruz de la Palma, en el municipio de Breña Alta. El Ayuntamiento de esta localidad canaria ha rendido "un homenaje que no olvidaremos nunca", tal y como puntualizó el alcalde noriego, Bartolomé Madrid (PP), al municipio de Los Pedroches con la dedicatoria de una plaza en un lugar donde siempre será una hora menos que en Córdoba. Unos 70 vecinos de Añora ya han pisado ese suelo repleto de palmeras durante una visita a la isla para sellar un hermanamiento entre ambas localidades iniciado hace algo más de un año. Ese hermanamiento se debe a que, a pesar de la distancia que los separa, ambos municipios preparan unas cruces de mayo con una ornamentación muy parecida.

"Todo comenzó cuando unas cruceras de Breña Alta conocieron por internet y a través de la televisión nuestras cruces, luego se pusieron en contacto con nosotros por correo electrónico y a raíz de ahí los ayuntamientos comenzaron los trámites de hermanamiento", puntualizó el regidor. Esa fecha de partida fue marzo de 2005 y quienes tienen la culpa de que los contactos comenzaran son María de las Nieves Santos Hernández y María del Carmen Santos Pérez. Luego, a primeros del pasado mes de mayo, una delegación de breñuscos, encabezada por su alcalde, Blas Bravo (PSOE), visitó Añora, donde dejó semilla con la implantación de dos dragos y el descubrimiento de una placa, la que bautiza a una plaza local con el nombre de Breña Alta.

El viaje que ha puesto sello al hermanamiento tuvo un amplio programa que incluyó el recorrido por la isla en dos jornadas, una hacia el norte –Puntallana, San Andrés y Sauces y Barlovento– y la segunda por el sur –El Paso, Los Llanos de Aridane, Tazacorte, Puntagorda y Fuencaliente. El tercer día, la visita se ciñó más al término de Breña Alta. "Total, que no paramos ni un minuto. Además, degustamos su mojo picón y un cerdo frito con arte, de una pieza y abierto por la mitad", dijo el primer edil.

Como manda el protocolo en estos casos, el Ayuntamiento breñusco sirvió de escenario perfecto para el acto de confraternación. "Una de las cosas más curiosas que ocurrieron en ese acto fue que, sin haberlo preparado, los regalos intercambiados fueron prácticamente los mismos, aunque no fueron iguales. Nosotros les entregamos los escudos de ambas localidades enlazados en una especia de soporte de cordobán –en madera y piel– y ellos en un sudario bordado en seda", relató Bartolomé Madrid. Además, el alcalde canario entregó al cordobés una cruz de madera, de tamaño real, y un pergamino con el texto del acuerdo plenario de hermanamiento y un cuadro bordado en seda con los dos escudos municipales, de Breña Alta y Añora. Bravo ya había recibido en Los Pedroches de manos de Madrid una cruz en miniatura de granito que representa a esos monumentos repartido por las calles noriegas y que las cruceras visten en mayo.

Antes de comer se dirigieron al templo de San Pedro, donde se les relató el origen de la festividad en Breña Alta, cuando en 1622 aparecieron dos cruces, de color negro, dentro del tronco de un árbol mientras lo cortaba un zapatero.

Fuente: El día de Córdoba (2-10-2006).