sábado, 5 de mayo de 2007

Añora se transforma en mayo

Los carteles colocados en diferentes puntos del casco urbano, los corrillos de las vecinas ultimando los adornos y el ambiente especial que se vive en las casas son indicadores de que llega la singular fiesta de la cruz de la Añora, que tendrá como momento destacado la próxima noche y madrugada. Los adornos de las cruces que hoy sábado ya se pueden contemplar son fruto del trabajo arduo, artesanal y milimétrico de las noriegas, que en grupos de ocho o diez, agrupadas por calles o plazas y con cierto secretismo "para que no copien en otras cruces", se van juntando desde dos meses antes para emprender la tarea de hacer las florecitas, recortar las telas, pintar los adornos o colocar papel a los alambres. Las cruceras de Añora se reúnen en las casas en una de cuyas habitaciones se viste la cruz, en el caso de las interiores, en el domicilio de una de ellas o en un almacén para preparar los grandes adornos de las exteriores. Suelen hacerlo cada tarde y allí, entono a una mesa camilla, preparan el café y los rosquillos pero sobre todo "se cuentan chascarrillos, se cantan coplillas, nos reímos y pasamos muy buenos ratos", comenta una de las cruceras de la calle Virgen. Cada una tiene su tarea. Una prepara los dulces, otra lleva el café, otra compra los materiales. Eso sí, por la tarde todas sentadas con las manos ocupadas. En la mesa; cola, pintura, purpurina, pintauñas, alambre, perlas y telas.

Llama la atención que de esta tarea se encargan sólo mujeres. Los hombres ya saben que este mes "van a quedarse solos durante buena parte del día". Las cruceras, en su mayoría superando los 70 años, se quejan de que "es difícil convencer a las jóvenes de que se involucren, ya que ellas sólo quieren botellón", dice riendo una crucera de San Pedro que, no obstante, asegura orgullosa y señalando a su hija, que "en nuestra cruz ya tenemos a varias jóvenes".

Las cruces de Añora son únicas. Se adornan con telas blancas, mientras que para los adornos se emplean tonos claros como el rosa o el celeste, a la vez que se colocan joyas doradas. Es difícil que las cruceras acepten introducir elementos nuevos.

La tarde va avanzando. Hay que ver con qué esmero pintan, recortan o cosen las flores y los adornos. No se detienen aunque hables con ellas, porque "falta poco y no queremos que nos coja el toro", dicen en otra casa.

Seis cruces interiores y siete exteriores o de granito se visten este año. Esta noche, a partir de las 21.30 horas, la plaza de la iglesia acogerá una degustación de dulces y las actuaciones de distintos grupos. Desde la 1 de la madrugada se podrá degustar el tradicional chocolate en cada cruz. Y la hora mágica es las 5 de la madrugada. En ese instante, se anuncia el resultado de las votaciones en la Casa de la Cultura.

ANTONIO MANUEL CABALLERO.-
Fuente: Córdoba, 5/5/07

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