Un amable lector de esta página escribe un extenso correo alertando de la presencia de hasta tres antenas de telefonía móvil en los alrededores de la plaza de toros de Añora. "Paso por alto -dice- el hecho de que quizás se trate de una flagrante infracción urbanística, al haberse permitido una instalación industrial en suelo dedicado al ocio y recreo, como es el campo de fútbol o alrededores de la plaza de toros. Paso por alto la acumulación (tres en apenas cien metros, ¿no se han podido unificar?) y el impacto visual. Paso por alto su proximidad al casco urbano y a zonas de ocio". Pero lo que más indigna al comunicante es "esa antena de telefonía móvil situada justamente encima del depósito de aguas del que se abastece el pueblo de Añora. Es cierto que no se conocen con exactitud los riesgos de este tipo de antenas ni los efectos de la contaminación electromagnética, pero ¿qué necesidad hay de correr ese riesgo?". Y concluye: "Esa antena no proporciona beneficios al pueblo de Añora, sino a sus propietarios, y en cambio los noriegos corremos quizás un riesgo innecesario. Probablemente los efectos sobre el agua son nulos, ¿pero y si no lo fueran?".
Debate: ¿Perjudican a la salud las antenas de telefonía móvil?
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